viernes, 5 de septiembre de 2008

QUE BUENO ES INVITAR AL NIÑO QUE VIVE EN NOSOTROS EN LOS MOMENTOS MÁS IMPORTANTES DE NUESTRAS VIDAS. GRACIAS A ESTE NIÑO QUE LOGRAMOS SUPERAR MUCHAS DIFICULTADES.
Cuando el niño llega al mundo, no se le ocurre que el mundo pueda o deba ser distinto de lo que es. Se limita a abrir los ojos maravillado y fascinado ante lo que hay allí fuera y se abre camino en ese mundo lo mejor que puede.

Ese niño que lleva usted dentro sabe aceptar lo que no se puede cambiar, sin considerar que el mundo sea fundamentalmente malo por ello; sabe no dejarse inmovilizar intentando hacer lo que nadie puede hacer y hundirse luego en la inercia o en el pánico porque no se puede hacer. En suma sabe por instinto y de modo inmediato "establecer diferencia", y esa sabiduría no es , por tanto, algo nuevo que haya de aprender sino una sabiduría olvidada que sólo tiene que recordar recurriendo a ese niño perdido que hay dentro de usted.

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